El vagón
Updated: May 18, 2021
No, no perdí tu tren, simplemente, me equivoqué de vagón.
Me cansé de que fuéramos líneas paralelas que nunca se volverían a tocar sobre una vía llamada vida. Me cansé de buscarte en el final de trayecto cuando sólo quería que fuéramos principio.
Pensé que sería de valientes cambiar de vagón, que volver hacía atrás cuando el movimiento te impulsa hacia delante sería como intentar borrar las huellas que aún no se ha llevado el viento. Por eso, caminé a contracorriente, para abrir las puertas que prometimos dejar selladas para siempre. Sí te soy sincera, tenía la esperanza de encontrar tu sonrisa entre otros rostros a quienes llamo olvido. Te busqué, y te encontré, ya que, en realidad, nunca te fuiste del todo.
Hola. Querría saber si ya es demasiado tarde para pulsar el botón de emergencia o si debo seguir conformándome en recorrer kilómetros cuando entre nosotros sólo quiero centímetros, y esos no los da la velocidad, sino la quietud de tu cercanía. Respira. No te marees. Sujeta mi mano y mírame a los ojos. Gana el primero que pierda el equilibrio y yo soy experta en descarrilar en tu mirada. Si quieres, puedo convertirme en tu estación de destino, pues al menos ahí, nuestras líneas paralelas, ya no serán final, sino principio, esperando a que otro tren parta.
Esta vez, te prometo asegurarme de que tu vagón y el mío, sea el nuestro.

